REGANDO EL
PASTO DEL JARDÍN, SIN ANSIEDAD
el sol reduce
su espectro y la casa se hunde ya
en la sombra
que avanza sobre el brillo que despliegan
primero, en las
puntas las hojas que van cayendo: el pelo largo
seco de una
mujer que se sumerge.
Antes no regaba
nada y el pasto se moría. Yo pensaba
que se las
arreglaba sólo el pasto, que le alcanzaban
la tierra, la
lluvia y la luz
para vivir pero
no, hay que inundarlo
todos los días
que así le va mejor.
TERRAZA CON MI PERRO
Echados al sol del invierno un mediodía
le pido perdón por los años fuera de casa, estos
últimos
de ahora en más le aseguro compañía. Y si bien
estamos solos, mi perro y yo, están también
las doscientas baldosas del suelo, las macetas vivas,
una viga sostenida por ladrillos,
lacarcaza hueca del motor, su hélice quieta,
una bicicleta sin brillo de cuando éramos chicos,
desgastada
por las lluvias, el viento, los veranos secos,
una lámina de polvo sobre el área se levanta
en remolinos y va dispersa ya a los balcones
linderos, cúpulas, altillos: plano sobre plano
mil quinientas dimensiones
el secreto humano, variedad en las opciones
de acción y posibilidad a la luz o no del sol,
separados
por antenas pero unidos por el mismo despliegue de
cemento,
acá bajo el
recorte de un cielo fresco y abierto.
SUERTE Y LAMENTO
Hoy me acordé de vos
cuando encontré plata en un bolsillo
porque siempre te pasaba
y a mí nunca, y no sabía cómo hacías
y ahora que me pasó entendí
que no hay que hacer nada,
que te la encontrás y listo.
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